Fecha de publicación: 07/08/2013
La producción ecológica se ha disparado en los últimos años y la provincia de Sevilla, junto al resto de Andalucía, constituye un referente en este tipo de productos que son, fundamentalmente, demandados desde fuera de España. Sevilla es la provincia con mayor número de agroindustrias ecológicas, con 279 empresas transformadoras. Destacan las almazaras -40 actividades-, las empresas de envasado y manipulado de productos hortofrutícolas -30 actividades- y las productoras de conservas vegetales y zumos, que cuentan con 18 industrias. Según los datos de la consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, en toda la provincia hay una superficie dedicada a la producción ecológica de 117.767 hectáreas, entre las que destacan 12.325 destinadas al olivar y 5.743 empleadas en el cultivo de cereales. La provincia cuenta en total con 1.025 operadores ecológicos entre productores, empresas transformadoras y distribuidoras, lo que supone más del 10% de los 10.180 operadores del sector en el conjunto de la comunidad autónoma andaluza.
El número de explotaciones ganadeas ecológicas en Andalucía ha crecido en torno a un 34% desde 2010, pasando de las 2.400 existentes entonces, a las 3.636 que los ganaderos gestionan en la actualidad y Sevilla es líder en el número de cabezas de ganado ecológico. La disponibilidad de superficie certificada para aprovechamiento ganadero en producción ecológica es de 98.190 hectáreas. En la provincia existen 458 explotaciones ganaderas ecológicas que albergan 94.850 cabezas de ganado, casi el 19% del total de Andalucía. Las cabañas más destacadas son la ovina, con 69.000 cabezas, y la vacuna, con 16.575, en ambos casos con orientación a la producción cárnica. También es reseñable la presencia de granjas avícolas que albergan a más de 6.250 aves productoras de huevos.
A pesar de que Sevilla y Andalucía son potencias mundiales en producción ecológica hay mucho que trabajar en la demanda interna y en la transformación de los alimentos, como explica Francisco Casero, presidente del Comité Andaluz de Agricultura Ecológica (Caae), primera entidad europea de certificación que cada año audita en torno a 900.000 hectáreas: «En Andalucía somos un referente mundial. Comercializamos los productos a diversos continentes, pero el mercado interior es otra cosa. Si en Alemania se destinaron el pasado año más de 7.000 millones de euros a productos ecológicos, en España apenas fueron 965 millones, aunque el gasto se incrementó un 6%. Poco a poco se va creciendo».
Casero, que lleva desde mediado de los años ochenta en el mundo de la producción ecológica, destaca que, a pesar del gran potencial de Andalucía hay todavía varias asignaturas pendientes que hay que abordar, como el exceso de burocracia y la necesidad de que la elaboración y la transformación de los productos se haga aquí también: «La burocracia impide el desarrollo en algunos sectores. La administración no puede ser un obstáculo. Tiene que poner de su parte y dar facilidades. Hay empresas que han tardado hasta tres años en desarrollarse. Tenemos que ver cómo defendemos lo nuestro. Cómo le damos valor. Otra necesidad que tenemos es la de ser transformadores de los productos y comercializadores, no sólo productores para luego venderlo fuera de España».
Desde la Asociación de Valor Ecológico Ecovalia, presidida por Francisco Casero, lamentan que por lo general no se reconoce la labor que los productores hacen para el sostenimiento y mantenimiento de los ecosistemas. En concreto, se muestran preocupados por la situación que atraviesa la ganadería extensiva en la Sierra Norte: «Tiene problemas desde antes de la crisis. No terminamos de ver la importancia que la ganadería extensiva tiene para el mantenimiento de nuestro territorio. Hay datos que demuestan que hay una relación entre la proliferación de incendios y la desaparición del sector ganadero».
En el futuro espera que los españoles den más importancia a los elementos ecológicos, más beneficiosos para la salud, y asegura que su consumo no tiene que ver con tener un mayor nivel de vida. «A veces los costes indirectos son más, pero no hay ninguna razón para no consumir productos ecológicos».
Fuente: Diario de Sevilla