Irlanda coge el testigo de Chipre en la presidencia rotatoria de la UE desde este uno de enero. Un país rescatado por Europa se propone trabajar para superar las graves consecuencias de la crisis y devolver a los europeos crecimiento y empleo. En lo concreto, Dublín buscará que el fondo de rescate pueda, cuanto antes, recapitalizar directamente a los bancos.
El gobierno irlandés asegura que su objetivo es que el crédito vuelva a fluir a la economía y facilite el crecimiento y el empleo. «Es imperativo avanzar lo más rápidamente posible en esto. Es una prioridad tanto para Irlanda nacionalmente como para la presidencia», ha subrayado el ministro irlandés de Exteriores, Eamon Gilmore.
Irlanda quiere ser el primer país en abandonar su condición de rescatado y «la presidencia irlandesa aprovechará el impulso hacia la unión bancaria, trabajando en las garantías de depósito y la resolución de bancos. Esto será clave para avanzar hacia la siguiente fase: permitir que el MEDE recapitalice directamente bancos», dice Gilmore.
En el último Consejo Europeo, los líderes de la UE marcaron la hoja de ruta de la unión bancaria y, tras el pacto para que el BCE sea el supervisor de la banca europea, la siguiente fase es romper el vínculo entre deuda bancaria y deuda soberana con préstamos directos del Mecanismo de Rescate europeo a los bancos, un paso que debería darse en el primer semestre de 2013.
Con todas las previsiones en contra para el año nuevo, la presidencia irlandesa de la UE se plantea como un ejercicio de recuperación económica que «se centrará en iniciativas para estimular el crecimiento y el empleo». Una de sus propuestas es conseguir un compromiso de garantía para los jóvenes, que proporcione cuatro meses de trabajo o prácticas a los menores de 25 años que dejen los estudios o estén en paro.
En el ámbito comunitario, a Irlanda le toca pelear el controvertido marco presupuestario de la UE para el periodo 2014-2020, estancado ahora por las diferencias entre los socios europeos. Dublín tendrá que buscar las fórmulas de compromiso «para que el dinero empiece a fluir desde el 1 de enero de2014», dice su ministro de Exteriores.
Otro asunto que destaca el gobierno irlandés es el acuerdo de libre comercio entre la UE y Estados Unidos, en el que Dublín tiene grandes expectativas por el estrecho vínculo del país con Washington.
La presidencia irlandesa del Consejo de la UE coincide con el cuarenta aniversario del ingreso de Irlanda en el club comunitario.